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GAMAS MODULARES DE COCCIÓN

Una gama modular es el conjunto de elementos de cocción o neutros, de sobremesa o de pie, que comparten un mismo fondo, un mismo fabricante y, a ser posible, la misma generación de diseño. Los fabricantes actualizan sus líneas con frecuencia, por lo que una gama modular puede cambiar su estética con el paso del tiempo. El término “modular” viene de “módulo”, y eso significa que cada fabricante ofrece un catálogo limitado a sus propias medidas.

Por ejemplo, puedes encontrar planchas de 90 cm de ancho en una gama de fondo 50, y sin embargo, en una gama de fondo 90, el ancho máximo suele ser de 80 cm. Cada modelo tiene sus particularidades, y la clave está en priorizar qué necesitas: capacidad, tipo de cocción, superficie de trabajo o combinación de ambos. Si estás montando un local nuevo o reformando tu cocina, la gama modular es siempre una inversión inteligente. Aunque es algo más costosa, el resultado estético y funcional lo compensa con creces. Todos los módulos comparten el mismo acabado, la misma altura y una coherencia visual. Además, están pensados para adaptarse a las necesidades de cada tipo de cocina según su fondo.

El fondo define las gamas modulares. Las medidas más habituales van desde los 40 hasta los 90 cm, aunque existen modelos de 100 o 110 cm para cocinas centrales con acceso por ambos lados. Los fondos de 40 a 50 cm son ideales para locales pequeños como bares o cafeterías, donde se priorizan los equipos básicos de cocción: planchas, barbacoas, cocinas o freidoras eléctricas. El fondo 60 cm es el punto medio, pensado para restaurantes de producción baja o media, y ya permite incluir fry tops, cuecepastas o freidoras a gas. En fondos de 70 y 75 cm entramos en cocinas de producción media o alta: se gana superficie de trabajo, caben utensilios de mayor tamaño y se accede a máquinas como marmitas o sartenes basculantes. Finalmente, las gamas de fondo 90 cm están destinadas a grandes cocinas o colectividades, mientras que las de 100 o 110 cm se reservan para islas centrales con mandos a ambos lados. La disposición de la cocina también influye. Las gamas modulares pueden ser murales, instaladas contra pared, o centrales, colocadas en el centro del espacio: se puede crear una isla combinando dos líneas de fondo 60 o 70 cm enfrentadas, una solución habitual en cocinas grandes donde se busca rendimiento y accesibilidad.

Los fabricantes de gama media y alta ofrecen opciones de personalización que van más allá del acero inoxidable estándar. Puedes elegir colores, zócalos, puertas, grifos o incluso columnas, consiguiendo una cocina totalmente adaptada al estilo del local. Según el modelo, la instalación puede ser tan sencilla como empujar y alinear los módulos, o requerir la colocación previa de un puente estructural donde se montarán los elementos de cocción. Al configurar tu gama modular, ten en cuenta que puede que necesites zonas de apoyo o trabajo adicionales. Para eso existen los llamados elementos neutros: muebles de acero inoxidable que mantienen la misma línea estética pero sin función de cocción. Estos pueden ser de sobremesa o de pie, y en muchos casos incluyen cajones o estantes para almacenamiento.

A la hora de planificar tu cocina modular conviene tener en cuenta algunos aspectos prácticos. La campana de extracción debe superar el fondo de la gama entre 15 y 20 cm para garantizar una buena aspiración; por ejemplo, para una gama de fondo 60, la campana debería tener al menos 75 cm. Puedes combinar libremente módulos eléctricos y de gas según tus preferencias y tipo de servicio. También es importante preparar la instalación para que todas las conexiones queden ocultas y sea fácil mantener la limpieza. Y, por último, no olvides incluir al menos un mueble neutro con cajón: siempre hace falta un espacio cómodo para guardar utensilios y cubertería.

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