MÁQUINAS DE FRANKFURTS, PALOMITAS Y ALGODÓN DE AZÚCAR
El clásico hot dog o frankfurt es un imprescindible en cualquier puesto de venta ambulante, food truck o feria. Su popularidad no solo se debe al sabor, sino a la rapidez de servicio y a la mínima preparación que requiere: las salchichas ya vienen cocidas y solo hay que calentarlas o dorarlas. Dos clásicos eternos de ferias, cines y eventos: las máquinas de palomitas y las de algodón de azúcar son sencillas, rentables y casi hipnóticas. Su funcionamiento es simple, requieren poco mantenimiento y generan una gran rentabilidad gracias a la diferencia entre el bajo coste del producto base y el precio de venta final.
Las máquinas para frankfurts funcionan principalmente de dos maneras: al vapor o mediante barras giratorias calefactadas, también conocidas como rollers. Las de vapor son recipientes de acero inoxidable con una base de agua que se calienta hasta generar vapor, cocinando suavemente las salchichas y manteniéndolas jugosas. Algunos modelos disponen de un depósito de cristal transparente, muy vistoso, donde las salchichas se colocan verticalmente, lo que atrae visualmente al cliente y permite controlar el punto de cocción en todo momento. Las máquinas roller funcionan por contacto directo: las salchichas se colocan sobre barras tubulares que giran lentamente mientras se calientan, logrando un ligero tostado uniforme y una textura más firme. Algunos modelos combinan ambos sistemas o incluyen pinchos metálicos calefactados para calentar el pan desde dentro: se pincha el panecillo y en unos segundos queda templado con un orificio perfecto para insertar el frankfurt. Todas son compactas, monofásicas y eléctricas. En cuanto a temperaturas, las máquinas de vapor trabajan entre 90 °C y 100 °C, mientras que las roller pueden llegar hasta los 200 °C. Las capacidades varían entre 4 y 15 salchichas por tanda, con un tiempo medio de cocción de unos 15 minutos, por lo que una máquina para 10 unidades puede sacar unas 40 piezas por hora.
La máquina de algodón de azúcar funciona mediante una resistencia que funde el azúcar en un cuenco central. Al girar rápidamente, el azúcar fundido se expulsa por pequeños orificios y, al enfriarse en contacto con el aire, se solidifica formando finos hilos que se enrollan en un palo. En cuestión de segundos, ya tienes una nube de azúcar lista para servir. Pueden usarse colorantes o aromas para darles un toque especial y personalizar el producto. En producción, una máquina de algodón puede generar hasta diez unidades por minuto, dependiendo de la destreza del operador. Usa azúcar granulada fina para el algodón, se funde mejor y no deja residuos. Igualmente, es muy importante mantener la máquina y el cuenco siempre limpios. El azúcar frío cristaliza y entonces cuesta más de limpiar. Si adquieres la máquina de algodón de azúcar con el carro, puede resultarte útil por varios motivos: la visibilidad, el transporte y disponer de una zona de almacén en el estante inferior.
La máquina de palomitas utiliza el calor para hacer explotar los granos de maíz: el interior del grano contiene humedad, y al calentarse, la presión del vapor lo revienta convirtiéndolo en una palomita esponjosa. Dispone de una campana de cristal templado que mantiene el calor y permite ver el producto mientras se prepara, además de una bandeja calefactada inferior que conserva las palomitas calientes y crujientes hasta el momento del servicio. Una palomitera industrial puede producir entre cuatro y nueve kilos por hora, lo que equivale a una producción elevada dada la ligereza del producto. Conviene calcular bien la producción, ya que las palomitas pierden textura si se mantienen mucho tiempo calientes. Es mejor preparar tandas más pequeñas para mantener el crujiente. Limpia siempre el cuenco de la palomitera una vez frío para evitar que los restos de azúcar o aceite se caramelicen y desprendan mal olor. Y si quieres destacar, ofrece combinaciones llamativas: palomitas de colores, dulces o con chocolate. Son irresistibles y siempre atraen más miradas. Opcionalmente puedes añadir el carro para facilitar la movilidad, muy útil para la venta ambulante y la comodidad de disponer de una zona de almacén debajo de la palomitera.
